Los jueces en un fallo de 9-0 decidieron que la demanda no puede proceder bajo una ley estadounidense llamada Ley de Inmunidades Soberanas Extranjeras que limita la jurisdicción de los tribunales estadounidenses en reclamos contra gobiernos extranjeros. Desecharon la decisión de un tribunal inferior que había permitido que la demanda avanzara en un tribunal federal en Washington.
Pero aunque los jueces decidieron que esta ley prohibía las acusaciones que los herederos presentaban contra una agencia alemana que administra museos estatales, ordenaron a los tribunales inferiores que reexaminaran otros argumentos presentados en el caso, lo que significa que la demanda aún podría continuar.
El caso se refiere a una colección de reliquias eclesiásticas conocida como Welfenschatz que fue vendida por los marchantes de arte judíos. La colección, que data principalmente de los siglos XI al XV, incluye cruces doradas y bustos de santos. Las piezas de la colección se exhiben en un museo de Berlín.
Los herederos demandaron a Alemania y a la Fundación del Patrimonio Cultural Prusiano, que supervisa los museos en Berlín, en 2015 en un tribunal federal de EE. UU., buscando la devolución de la colección o $ 250 millones. Los demandantes dijeron que la venta de 1935 fue una “transacción falsa” enormemente infravalorada realizada bajo coacción por víctimas judías de la persecución nazi en los años previos a la Segunda Guerra Mundial.
«La elección que enfrentaron fue clara», dice la demanda, «sus propiedades o sus vidas».
El fallo del miércoles rechazó el argumento de los herederos de que Alemania no era inmune a su demanda en virtud de la Ley de Inmunidades Soberanas Extranjeras porque la venta forzada fue un acto de genocidio, en violación del derecho internacional.
Escribiendo para la corte, el presidente del Tribunal Supremo John Roberts dijo que la ley no cubre lo que un país extranjero hace con la propiedad que pertenece a sus propios ciudadanos dentro de sus propias fronteras.
“Como nación, nos sorprendería, e incluso podríamos iniciar una acción recíproca, si un tribunal en Alemania resolviera las afirmaciones de los estadounidenses de que tenían derecho a cientos de millones de dólares debido a las violaciones de derechos humanos cometidas por el gobierno de los Estados Unidos hace años, ”Escribió Roberts.
«No hay razón para anticipar que la reacción de Alemania sería diferente si los tribunales estadounidenses ejercieran la jurisdicción reclamada en este caso», agregó Roberts.
La propia investigación de la fundación prusiana encontró que la venta fue una «transacción voluntaria, de mercado justo», y una comisión alemana que investiga el arte saqueado por los nazis acordó que no se hizo bajo coacción y que el precio reflejaba el efecto de la Gran Depresión en el arte.
Un juez federal en Washington falló en contra de Alemania en 2017. La Corte de Apelaciones de los Estados Unidos para el Circuito del Distrito de Columbia redujo el caso al año siguiente, diciendo que los reclamos podrían proceder contra la fundación pero no contra el gobierno de Alemania.
El miércoles, los jueces también desestimaron un fallo de un tribunal inferior por separado que había permitido que se iniciara una demanda similar contra Hungría que buscaba la restitución para los judíos cuyas propiedades fueron tomadas por la fuerza como parte de la colaboración de esa nación con sus aliados nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
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