El Secretario General de la OEA, Luis Almagro, condena lo que él llama la detención ilegal de dos barcos pesqueros registrados en Guyana y su tripulación por parte de el gobierno venezolano en la zona económica exclusiva de Guyana.
«La Secretaría General exige que los ciudadanos guyaneses sean entregados de forma rápida y segura a las autoridades guyanesas, así como a los dos barcos detenidos”, dijo en un comunicado escrito.
La administración Biden se hizo eco de los comentarios del bloque regional con sede en Washington en un tuit el miércoles por la noche.
“Estados Unidos apoya una resolución pacífica de la controversia sobre la frontera marítima entre Venezuela y Guyana y condena la intimidación de Maduro mediante la incautación de embarcaciones pesqueras y la detención de la tripulación”, escribió Julie Chung, subsecretaria interina de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental.
A principios de este mes, el líder venezolano Nicolás Maduro emitió un decreto presidencial que establece una nueva llamada «fachada atlántica» reafirmando el reclamo de su nación de habla hispana sobre partes de las aguas marítimas de Guyana en lo que se conoce como la región de Esequibo. El territorio en disputa es rico en oro y otros minerales, así como valiosos campos petrolíferos que serían una bendición para cualquiera de las dos naciones.
Ubicada al oeste del río Esequibo, algunos afirman que la región en disputa consta de 61,600 millas cuadradas. El exministro de Relaciones Exteriores de Guyana, Carl Greenidge, quien representa al país ante la Corte Internacional de Justicia , dijo que representa más del 70% de Guyana. Dijo que el nuevo decreto de Maduro se basa en los anteriores, incluida una orden de 2015 que reclamaba las zonas económicas exclusivas de Colombia y nueve territorios del Caribe.
“No es un pedazo pequeño y es el reclamo más grande que cualquier país está haciendo en este momento con respecto a todos los reclamos fronterizos en términos de la proporción de la tierra”, dijo.
La disputada región del Esequibo es uno de los pocos temas en los que los venezolanos divididos están de acuerdo.
El embajador de Guyana en la OEA, Riyad Insanally, dijo el miércoles al consejo permanente de la organización que las últimas acciones de Venezuela «no solo representan una amenaza para nuestra paz y seguridad, sino también para la paz y seguridad de toda nuestra región». Su gobierno, dijo, estaba perturbado por el último intento de Maduro de hacer una demostración de fuerza.
“Guyana rechaza por completo el decreto emitido por el señor Maduro”, dijo Insanally.
El asunto se encuentra actualmente ante la Corte Internacional de Justicia, que a fines del año pasado dictaminó que tiene jurisdicción sobre la disputa fronteriza decidida por primera vez por un tribunal de arbitraje en 1899. El tribunal en ese momento, y bajo la presión de los Estados Unidos, que amenazaba con la guerra con Gran Bretaña si no llegaba al arbitraje, adjudicaba el área a la entonces Guayana Británica.
Al hombro del Atlántico en la costa norte de América del Sur, Guyana limita con Venezuela al oeste, Surinam al este y Brasil al sur y suroeste.
No queriendo estar obligado por un fallo de la CIJ, Maduro, al anunciar su nuevo decreto que refuerza el reclamo de Venezuela sobre el área, también anunció que le había pedido al secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, que arbitrara la disputa, en lugar de la CIJ
Stéphane Dujarric, portavoz de Guterres, confirmó que la ONU sí había recibido una carta de Maduro, pero dijo que no podía entrar en detalles.
Hay una oferta previa, señaló Dujarric, del secretario general para ayudar en la controversia sobre el asunto o cualquier otro asunto relacionado con las relaciones bilaterales de los dos países. Pero «tal esfuerzo no socavaría, de ninguna manera, el proceso judicial ante la CIJ», dijo Dujarric.
Guyana ha pedido la liberación inmediata de la tripulación de dos barcos pesqueros incautados por Venezuela menos de un mes después de que este último extendiera unilateralmente su límite marítimo.
Hace dos semanas, el almirante de la Armada de Estados Unidos Craig Faller, comandante del Comando Sur de Estados Unidos en Doral, visitó Guyana durante varios días. Durante la visita, Faller se reunió con líderes gubernamentales y de defensa y discutió la asociación de seguridad bilateral entre Estados Unidos y Guyana.
“Esa fue una señal que obviamente a Maduro no le impresionó”, dijo José Cárdenas, quien se desempeñó en el Consejo de Seguridad Nacional durante la presidencia de George W. Bush y actualmente ejerce presión en nombre del gobierno de Guyana en Estados Unidos.
La visita de Faller siguió a la del entonces secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, quien viajó a Guyana en septiembre después de que la administración Trump interviniera en la disputa electoral del país.
Washington presionó al ex presidente David Granger para que aceptara los resultados de las disputadas elecciones del país y un recuento de 33 días cancelando las visas de varios miembros de su gobierno. Durante la visita, Pompeo se reunió con el nuevo presidente de Guyana, Irfaan Ali, y mantuvo conversaciones con representantes de compañías petroleras.
La comunidad caribeña ha estado dividida sobre la agitación política de Venezuela, con varias naciones reacias a entrar en una disputa con un país con el que muchos tenían vínculos económicos.
Hasta hace unos años, Venezuela suministraba petróleo a varias naciones de CARICOM como parte de su programa petrolero PetroCaribe.
En la disputa del Esequibo, sin embargo, han mostrado una unidad considerable. CARICOM, un bloque regional de 15 miembros, condenó el decreto de Maduro a principios de este mes.
“CARICOM reitera en los términos más enérgicos su apoyo firme e inquebrantable para el mantenimiento y preservación de la soberanía y la integridad territorial de Guyana”, dijo el bloque con sede en Guyana a principios de este mes.
La vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, exige a Exxon que deje de perforar en un área en disputa el 11 de enero de 2021. Desde 2015, Venezuela y Guyana se han enfrentado repetidamente a fricciones como resultado de la exploración petrolera realizada por una subsidiaria estadounidense de Exxon Mobil en un área disputada desde el Siglo XIX frente a la costa norte de América del Sur.
El miércoles, los miembros de la OEA salieron una vez más en apoyo de Guyana sobre Venezuela durante la reunión del consejo permanente con el representante de Trinidad y Tobago, recordando a todos la posición de CARICOM.
Los barcos pesqueros, el Lady Nayera y el Sea Wolf, fueron capturados hace una semana el jueves frente a la costa de Waini Point en Guyana por un barco de la Armada venezolana. El barco y su tripulación permanecieron detenidos el miércoles, confirmó el ministro de Relaciones Exteriores de Guyana.
El lunes, Todd envió una nota de protesta a las autoridades venezolanas. En él, condenó la detención ilegal de los capitanes y tripulaciones de los barcos pesqueros y exigió su liberación inmediata.
Hasta ahora, Venezuela no cede. Maduro afirma que el barco estaba en sus «aguas territoriales indiscutibles». Si bien su “Zona estratégica para el desarrollo de la fachada atlántica” afirma el reclamo de su nación sobre la región de Esequibo, Guyana dijo que abarca su zona económica y aguas territoriales.
La disputa de larga data entre la Guyana de habla inglesa y Venezuela sobre dónde se suponía que se resolvió cada una de sus naciones en 1899. Pero la disputa se reanudó más tarde en 1962, en vísperas de la independencia de Guyana de Gran Bretaña. La disputa fronteriza es un legado del colonialismo británico.
Hace cinco años, ganó fuerza con el descubrimiento de petróleo en la costa atlántica de Guyana por ExxonMobil , que Maduro ha reclamado. Los descubrimientos pueden llevar a Guyana de uno de los países más pobres de la región a uno de los más ricos.
A pesar de la resistencia de Maduro a dejar que la CIJ decida la disputa territorial, el caso avanza y la corte tiene programada una audiencia de gestión del caso para fines del próximo mes, dijo Todd, el ministro de Relaciones Exteriores.
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